miércoles, 13 de diciembre de 2006

INTRODUCCIÓN

INTRODUCCIÓN
Trujillo del Perú como se le conociera en tiempos virreynales fue una de las ciudades más importantes de la región nor peruana y a consecuencia de ello, un centro de producción artística de notable calidad. Aún quedan muestras de aquella época de esplendor social y acentuado sentimiento religioso.
Su fundación en el valle del Chimo (1534), se debió a un pedido de Francisco Pizarro y al prestigio aún vigente, de los caciques descendientes del Gran Chimú. Estas dos razones motivaron a Diego de Almagro, para fundar una villa que llevaría el nombre de la ciudad natal de su socio y que los cronistas definieron como "alivio de caminantes" por su estratégica ubicación entre Piura y Lima.
La traza urbana fue encargada a Martín Estete enmarcándose en lo dispuesto por las Reales Ordenanzas de 1523 y las directivas que el Rey había formulado al entonces Gobernador de Panamá. Pedrarías Dávila. El tejido urbano se desarrolló en torno a la amplia y magnífica Plaza Mayor, a cuyos pies se señalaron los solares más importantes: el de Pizarro ubicado entre la Prefectura y el Centro Viejo, según refiere el historiador Jorge Zevallos, el de la Iglesia Matriz y aquellos asignados a los fundadores más connotados, como Diego de Mora, entre otros.
Las manzanas fueron definidas como áreas cuadrangulares y los patios longitudinales, de tal manera que extendían de una calle a otra, condicionando con ello un tratamiento muy especial a la Casa Solariega de Trujillo.

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