miércoles, 13 de diciembre de 2006

Carácter y Eventos Naturales

Las primeras casas referidas por documentos de archivo, expresan los temores propios de la conquista y se puede observar el patrón defensivo de la casa hispana. De allí las fachadas almenadas de la casa de don Diego de Mora entre otros.
Del Trujillo Renacentista no queda mayor evidencia por el terremoto de San Valentín (1619). Desde entonces se ve un condicionante en el carácter de nuestra arquitectura y perspectiva urbana. Los edificios no desarrollaron grandes elevaciones por el riesgo que representaban los continuos sismos, apreciándose en consecuencia, una constante en la forma de las fachadas, definidas como un diseño apaisado.
Un ejemplo que grafica esta afirmación, es la recomendación del Cabildo Eclesiástico, cuando encarga a Diego Maroto la elaboración de un proyecto arquitectónico para la Catedral de Trujillo, que no tuviese torres muy elevadas.
Otro evento natural que incide en el carácter de la arquitectura virreynal es el fenómeno de El Niño. Las lluvias cíclicas obligaron a construir las iglesias y los ambientes principales de las casas, sobre terraplenes, a fin de evitar inundaciones propiciados por estas torrenciales precipitaciones.

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