miércoles, 13 de diciembre de 2006

CONCLUSIÓN

Las casas solariegas tienen un lenguaje propio, que las diferencian de otras producciones regionales como la Cajamarquina o la Limeña, sus calidades son determinadas por factores naturales como los temblores y las lluvias; además de los tipos de materiales que le dan su particular carácter en las portadas de ladrillo y resto de estructuras en adobe.

CASA HOYLE

La fachada de la casa Hoyle Otra de las mansiones de calidad y prestancia es aquella que se alza en la quinta cuadra del Jr. Independencia, frente al Instituto Departamental de Cultura. Fue propiedad de John Hoyle inmigrante Inglés que sienta reales en nuestra ciudad y construye entre otras casas, esta obra de excelente diseño y proporción.
Patio principal de la casa HoyleSu portada de orden dórico, blasonado con el escudo de la familia, contrasta con energía su blanca superficie sobre el característico azul añil de los muros (el cual solo queda dentro de la casa debido al cambio del color en la fachada a un amarillo oropimente), de donde cuelgan las ventanas; cornisamentos y coronaciones resaltadas en blanco.

PALACIO ITURREGUI

Sin lugar a dudas es lo casa más fastuosa y bella de todas las mansiones republicanas, Señorial y soberbia.
En ella se ven los caracteres más notables, en ella se reflejan los gustos de una sociedad pudiente.
Fachada del Palacio IturreguiEs tan imponente esta edificación, que convendría citar textualmente, las apreciaciones del viajero inglés George Squier "Es de estilo italiano moderno muy hornado y está construido alrededor de un patio central, con corredores sostenidos por columnas en cada piso. Al final del patio se ha omitido el segundo piso y ocupa su lugar una columnata. Su finalidad consiste en brindar mejor ventilación. Aunque por necesidad ha sido edificado en su mayor parte con los materiales ordinarios de construcción del país, éstos han sido empleados con el máximo cuidado y se los ha estucado y pintado al fresco a imitación mármol. En conjunto, visto desde el exterior o desde el patio, constituye un edificio imponente, y su interior, por disposición, decoración, arquitectura y mobiliario, armoniza con su exterior suntuoso y Justifica, probablemente, la distinción que generalmente se le confiere de ser la mejor residencia privada de Sudamérica”. En su construcción y adorno no se escatimó nada que el dinero pudiera comprar. Se trajeron
Patio principal del Palacio Iturreguiobreros y artistas de Italia y Francia y el mobiliario fue expresamente confeccionado para ella en París.
Esta descripción casi contemporánea con su construcción nos da una idea cabal de su vajilla y sobre todo de ciertos elementos decorativos que hoy no se observan. Tal es el caso de la pintura mural marmoleada que era tan frecuente en esta época del neoclásico.
Finalmente, es interesante observar la longitud del terreno en que se ha edificado este monumento, puesto que mantiene la disposición alargada y casi completa del primigenio solar que le correspondiera y que don Manuel Iturregui comprara a Manuel Cavero y Muñoz; el 10 de mayo de 1841 en 7,340 pesos.

LA CASA REPUBLICANA

LA CASA REPUBLICANA
Después de concluir la etapa de la insurgencia, y consolidada la emancipación, los patricios trujillanos mantuvieron sus lasos de dependencia cultural. Siempre atentos a los influjos europeos, cogieron de estos sus moldes y continuaron con la edificación al compás del neoclásico, estilo que Introdujera el arquitecto español, el presbítero Matías Maestro a principios del siglo XIX, y que tuviera en el pardo libre trujillano. Evaristo Noriega, a su vez importante representante.
Las principales construcciones se van concretando en la década del 40, momento en que la economía regional se ha robustecido y permite este tipo de inversiones. De estos años son las casas de corte palaciego como Iturregui, de la Emancipación, Ganosa Orbegoso, Martínez de Pinillos, entre muchas. Vale decir, es notorio el febril interés por remodelar o construir nuevas viviendas a costa de la destrucción de las casas barrocas.
Es necesario advertir en estas nuevas concepciones arquitectónicas, la continuación del trazo y distribución en base al eje, que iniciándose en el zaguán y llegando hasta la huerta, pasando por el patio, salón principal como aún se le llama, la cuadra y traspatio. Es decir, los ambientes van desarrollándose en torno a espacios abiertos como son los patios y la huerta. Esta última mantiene su sentido funcional por los árboles frutales y por ser zona de servicio.
Una característica esencial en su aspecto espacial es la rigidez de una distribución axial, lo que no se observa en el momento barroco, por cuanto el artista tiene una mayor libertad para tratar los espacios.
La decoración mural trata de figurar el escaso mármol de la zona, quedando como una escenografía de jaspes y enchapes.

CASA ARANDA

En esta magnifica mansión, se aprecia una singular muestra del barroco mestizo en la arquitectura civil de la costa nor peruana.
Su bien proporcionada portada y la exuberante ornamentación de estucos poli cromados, reflejan con cierta palidez de belleza arquitectónica de este conjunto.
Fachada de la casa ArandaEstas extrañas decoraciones, en un medio como Trujillo, manifiestan una evidente procedencia serrana. Concretamente, de Angasmarca, andino distrito de la provincia de Santiago de Chuco. Esta relación se explica, por el hecho de haber sido ambas, propiedad de don Martín de Aranda y sus descendientes.
Por documentos de archivo se puede recuperar algo de su historia y carácter constructivo. Vale citar un amplio balcón de esquina, que se encontraba en la intersección de los actuales .jirones de Bolívar y Gamarra, y la huerta, plena de árboles frutales.
En la portada se distinguen en primer orden las columnas salomónicas y un ondulante frontón partido curvo que corona la composición. Lo interesante de este trabajo decorativo es su desarrollo en el patio principal. En este ambiente se aprecian una serie de recuadros alrededor de puertas y ventanas así como paneles en los muros, todos en relieves policromados que representan temas populares.
Realmente queda muy poco de su primigenia disposición, daño causado por un mal entendido criterio de "progreso urbano", sobre todo por la voracidad de un irreverente comercio, que ha desfigurado su dignidad de Monumento Nacional.

CASA GANOZA CHOPITEA

Considerada como una de las mansiones más notables del período virreynal, por la variedad de evidencias que se descubrieron durante su restauración. El visitante debe agudizar su observación para distinguir épocas, lo que refleja una importante secuencia cultural y estilística.
En esta foto se aprecian los leones en la portadaEn la fachada se integran, en extraña armonía, una portada policromada que representan dos momentos, uno en definido estilo barroco y el otro en un amplio frontón de estilo rococó, que está flanqueado por una pareja de leones, de donde se deriva su actual denominación de casa de Portada de los Leones. Se distinguen también, pinturas murales al temple que delatan su filiación mudéjar y una pequeña ventana en estilo imperio coronado por un conopeo en forma de cortinajes.
Completa la actual composición, un balcón elaborado con madera reutilizada y que fuera colocado en 1 930.
Sin lugar a dudas, esta casa solariega se constituye en un muestrario estilístico de pintura mural, además de ser el ejemplo más claro de la típica arquitectura trujillana policromada interior y exteriormente.
Fachada de la casa Ganoza ChopiteaEn el zaguán se pueden observar tres murales de diferente época; en el arco unas figuras femeninas de estilo manierista (mediados siglo XVII ); en las paredes laterales un motivo que se repite en el patio principal, en base a rectángulos formados por gruesas líneas en rojo indio, cuyo estilo barroco se remonta a fines del siglo XVII o principios del subsiguiente; sobre la venera que decora la puerta principal se distingue una artística cenefa rococó que delata la calidad de su autor por el trazo y el colorido. En el patio principal aún exhibe fragmentos de esta decoración rectangular, pero sobre la puerta del salón se debe advertir la superposición de, tres estratos pictóricos que tienen las siguientes secuencias: Un frontón barroco (Primera mitad del siglo XVIII), un frontón rococó (último tercio del siglo XVIII), y finalmente un frontón triangular neoclásico de líneas modestas (siglo XIX).
En los ambientes interiores se descubrieron pinturas murales imitando azulejos sevillanos.

LA CASA DEL SIGLO XVII y XVIII

Una de las pocas evidencias de esta época, correspondiente a la construcción de la ciudad después del sismo 1619, es la casa Lynch, que está a un costado de la Catedral sobre la quinta cuadra del Jr. Independencia. De aquel conjunto sólo queda la deteriorada portada manierista en donde se encontró por primera vez, restos de pintura mural asociada a la arquitectura civil. Elemento decorativo infaltable en toda construcción trujillana que debe ser observada con interés y sentido critico.
En esta excepcional portada se advierten los caracteres de un estilo y la actitud temerosa ante la violencia del sismo. Poca altura, empleo de ladrillo, ausencia de coronaciones y una decoración mural en tonos intensos que resaltan la volumetría de las molduras y que sugieren un ficticio arco con dinteles (pequeños relieves). En resumen, la portada más antigua del medio.
El descubrimiento de pinturas murales geométricas, idénticas a las observadas en la casa Lynch, ubican a la casa Airaldi en este importante periodo arquitectónico, aunque la elevada portada indique su afinidad a épocas posteriores o sean acaso producto de sustanciales modificaciones.
En el siglo XVIII se aprecia la vigencia y hegemonía de lo barroco, puesto que la introducción del estilo rococó no significó mayor cambio en el diseño arquitectónico y decorativo. Una rara muestra es el frontón que corona la portada de la casa Ganosa Chopitea. En esta época están ubicadas las principales casonas, de las cuales hablaremos a continuación.

Desarrollo Urbano y Piratas

Al margen de estas caracterizaciones arquitectónicas, debemos reconocer algunos detalles relacionados a la expansión urbana. El desarrollo orgánico, ordenado, fue configurando una distribución en damero, alineándose las nuevas manzanas a las primeras, y en completa libertad, por la amplitud del paisaje. Sin embargo, la presencia de piratas, corsarios y filibusteros, motivó la construcción de la muralla en tiempos del Virrey Duque de la Palata. Éste elemento defensivo, único en la costa nor peruana, definió la forma ovoidal de esta próspera ciudad.
En esta intención defensiva, se tuvo que reubicar el estanque de agua de la ciudad al lugar que hoy conocemos como Plazuela del Recreo, de tal manera que el "bien más preciado después de lo espiritual", quedaba bajo protección y en la zona más alta del tejido urbano, permitiendo con ello una eficaz distribución del agua aprovechando la inclinación natural del suelo.
En este contexto urbano destacan los espacios abiertos a plazas o plazuelas. Su antigua apariencia defiere totalmente de la actual, debido a las áreas verdes que recién se introducen alrededor de 1870. Documentos gráficos como los dibujos de Angrand, pinturas y fotografías de principios de siglo, nos evidencian con objetividad la amplitud y escala proporcionada qué guardaba con los edificios circundantes.
Un detalle importante a resaltar es la falta de una pileta o fuente de agua en la plaza mayor, como era común y corriente en una ciudad de prestigio. Recién la tuvo a mediados del siglo XIX, sin embargo fue reemplazada por el actual monumento en 1929 y reubicada en la Plazuela del Recreo.

Color y Policromías

La arquitectura virreynal expresa, por otro lado, un singular lenguaje cromático. El rojo almagre, el amarillo oropimente, el azul añil y el blanco de la cal, así como el invariable verde y rojo para las carpinterías, nos ofrece una ciudad de perspectivas urbanas agradables por sus audaces tonalidades.
Asociadas a este lenguaje, vamos descubriendo nuevas formas, nuevas expresiones. La arquitectura estuvo ambientada con vistosas pinturas murales tanto en el interior como en el exterior. En este último caso, imaginamos con mucha aproximación, perspectivas urbanas policromas durante los siglos diecisiete y dieciocho, inclusive durante el austero siglo XIX..
Las investigaciones de archivo nos permiten advertir el permanente gusto por decorar las viviendas e iglesias según las normas del estilo de moda. .
Las casas Lynch y Airaldi (s. XVIII); Ganoza Chopitea y Aranda (s. XVIII); Risco y Padros (s. XX); e iglesias como la Compañía y la Merced (s. XII); Huamán y el Carmen (s XVIII); Santa Rosa (s. XVIII), nos dan la pauta objetiva con bellas evidencias que imitan azulejos, representan paisajes, cortinajes, escenas costumbristas, entre otras expresiones plásticas.
Un detalle de interés y poco conocido es el arreglo de las rejas de hierro ornamentales. Los barrotes fueron pintados en negro y los hierros decorativos dorados con pan de oro. El color blanco es de concepción contemporánea.

Materiales

La casa del XVI se visualiza como un edificio defensivo que emplea la piedra como material de construcción por excelencia.
Posteriormente, el adobe y el ladrillo van ganando la aceptación de la población, debido a sus bajos costos de fabricación y mayores facilidades para obtenerlos.
El uso del adobe y del barro para los enlucidos, permitió definir la característica textura plástica de los paramentos de plomos ondulantes y superficies rugosas. El ladrillo es igualmente, el elemento infaltable en las portadas, sea como simple estructura o como artística moldura de variadas formas.
La combinación de estos materiales; han contribuido decisivamente a definir el carácter de la arquitectura civil.
El yeso fue otro material esencial en el tratamiento de fachadas barrocas, empleado en los relieves que decoran las portadas de la Iglesia de Huamán y de la Casa Aranda, así como en las iglesias de la Merced y Santa Clara, de hecho un pálido ejemplo de lo que hubo en la arquitectura colonial y que la rigidez del neoclásico destruyera en el XIX. Sin embargo, es destacable el trabajo realizado en los salones principales de la casa Republicana, cuando los artesonados de madera coloniales son remplazados por yeserías de complejas rosetas doradas con pan de oro.
La madera es por igual el material exclusivo para puertas, ventanas y columnas. Posteriormente, el hierro alcanza especiales connotaciones; en el período Republicano. Es así como las rejas de hierro forjado de los amplios ventanales neoclásicos, las barandas de hierro fundido (casa Iturregui), y las finas columnas de este material (casa Hoyle), reemplazan las rejas y barandas de balaustres de bolillos en madera de la colonia.

Carácter y Eventos Naturales

Las primeras casas referidas por documentos de archivo, expresan los temores propios de la conquista y se puede observar el patrón defensivo de la casa hispana. De allí las fachadas almenadas de la casa de don Diego de Mora entre otros.
Del Trujillo Renacentista no queda mayor evidencia por el terremoto de San Valentín (1619). Desde entonces se ve un condicionante en el carácter de nuestra arquitectura y perspectiva urbana. Los edificios no desarrollaron grandes elevaciones por el riesgo que representaban los continuos sismos, apreciándose en consecuencia, una constante en la forma de las fachadas, definidas como un diseño apaisado.
Un ejemplo que grafica esta afirmación, es la recomendación del Cabildo Eclesiástico, cuando encarga a Diego Maroto la elaboración de un proyecto arquitectónico para la Catedral de Trujillo, que no tuviese torres muy elevadas.
Otro evento natural que incide en el carácter de la arquitectura virreynal es el fenómeno de El Niño. Las lluvias cíclicas obligaron a construir las iglesias y los ambientes principales de las casas, sobre terraplenes, a fin de evitar inundaciones propiciados por estas torrenciales precipitaciones.

INTRODUCCIÓN

INTRODUCCIÓN
Trujillo del Perú como se le conociera en tiempos virreynales fue una de las ciudades más importantes de la región nor peruana y a consecuencia de ello, un centro de producción artística de notable calidad. Aún quedan muestras de aquella época de esplendor social y acentuado sentimiento religioso.
Su fundación en el valle del Chimo (1534), se debió a un pedido de Francisco Pizarro y al prestigio aún vigente, de los caciques descendientes del Gran Chimú. Estas dos razones motivaron a Diego de Almagro, para fundar una villa que llevaría el nombre de la ciudad natal de su socio y que los cronistas definieron como "alivio de caminantes" por su estratégica ubicación entre Piura y Lima.
La traza urbana fue encargada a Martín Estete enmarcándose en lo dispuesto por las Reales Ordenanzas de 1523 y las directivas que el Rey había formulado al entonces Gobernador de Panamá. Pedrarías Dávila. El tejido urbano se desarrolló en torno a la amplia y magnífica Plaza Mayor, a cuyos pies se señalaron los solares más importantes: el de Pizarro ubicado entre la Prefectura y el Centro Viejo, según refiere el historiador Jorge Zevallos, el de la Iglesia Matriz y aquellos asignados a los fundadores más connotados, como Diego de Mora, entre otros.
Las manzanas fueron definidas como áreas cuadrangulares y los patios longitudinales, de tal manera que extendían de una calle a otra, condicionando con ello un tratamiento muy especial a la Casa Solariega de Trujillo.

CASA DE LA EMANCIPACIÓN

Casa trujillana ubicada en un solar de esquina, distante una cuadra de la Plaza Mayor. Su portada principal siempre se abrió a la actual calle de Pizarro, conocida antiguamente como “la calle de la plaza va al estanque del agua”. La casa primitiva, edificada en el siglo XVI, desapareció con el violento terremoto que asolo la cuidad el 14 de febrero de 1619, conocido como del “Glorioso San Valentín”.

Consta documentalmente que en 1640, el General de la Santa Cruzada de Trujillo y su Obispado, Don Juan Martínez de Escobar y su esposa doña Magdalena Bazan y Tudela, estaban edificando su “casa principal de morada” ellos habían contratado a los maestros de carpintería Juan Gutiérrez de Faria y Juan Esteban de Faria quienes harían los techos artesonados de madera al estilo mudéjar, puertas, ventanas y balcón de esquina, por el valor de 647 pesos. El general Martínez de Escobar falleció sin ver terminada su magnifica casa. Los restos de esa casa, a través de un piso templado. En Junio de 1645 su viuda vendió la casa, sin estrenar, a don Roque Zubiate.

En el siglo XVIII la casa perteneció y fue habitada por el Maestre de Campo don Francisco de Larrea y Guinea, vizcaíno casado con la trujillana doña Maria Lucia de Villaroel Torres y Toledo. Don Franciso de Larrea fue tesorero de la Santa Cruzada Regidor Perpetuo del Cabildo y en 1745. Alcalde Ordinario de Trujillo. A su muerte, la casa paso a propiedad del Convento de San Agustín de Trujillo. En diciembre de 1790, los religiosos vendieron la casa al maestre de campo don Tiburcio de Urquiaga y Aguirre, vizcaíno casado con la dama doña Petronila de Anachuri y Rucoba, personajes centrales de la casa, en cuya noble descendencia se mantuvo por mas de cien años la propiedad del historico inmueble, hasta el presente siglo.

Refiere el historiador Nicolás Rebaza que en 1823 en parte de la casa se establecieron sucesivamente el Congreso Constituyente de la República y la Casa de Gobierno del Presidente Riva Agüero, razones por las cuales hoy se la conoce como la Casa de la Emancipación.

Dentro del primer periodo de la arquitectura republicana, que abarca desde la segunda década del siglo XIX y constituye la primera manifestación arquitectónica del Perú como nación independiente, la antigua morada familiar de los señores de Urquiaga es uno de los ejemplares mas significantes de la arquitectura civil de la costa peruana.

En la ctualidad es muy notoria la transformación estilistica y el lenguaje arquitectonico que se produjo a mediados del siglos XIX, al abandonar las formas barrocas y rococó, adaptándose a las neoclásicas, buscando la belleza en el renacimiento de las formas puras de Grecia y Roma.

Casa genuina de aspecto netamente señorial, de mucha calidad, de bellas rejas de fierro de Vizcaya forjado, rematadas la exteriores por conopeos de influencia napoleónica.

El magnifico patio principal continua siendo el centro que agrupa a la sala principal y la cuadra. En las habitaciones se abren ventanas de reja finamente labradas en fierro y Vizcaya, que cumplen la doble finalidad de ser un cierre al paso y al mismo tiempo, permite un clima primaveral como el de Trujillo la libre circulación del aire y paso de luz. Las habitaciones nobles de la casa de hallan sobre terraplenes, y en ellas la arquitectura aun pacta con el barroco dieciochesco al conservarse la cubiertas artesonadas de madera, con ménsulas finamente talladas.

El segundo patio o traspatio, crea un ambiente de intimidad, en donde el suave rumor del agua en la fuente labrada en mármol de Carabamba, invita a la reunión familiar alrededor del pequeño jardín; completándose el espacio entre columnas, con barandales y podios de madera que antiguamente sirvieron de base a decorativas ánforas.

En el zaguán y patio principal, la policromía barroca de las paredes fue reemplazada por elementos decorativos de imitación mármol y franjas en azul y ocre amarillo respectivamente, remarcando así la verticalidad del orden arquitectónico utilizado en columnas y cobertura del corredor alto que rodea a este patio, sirviéndole de trasfondo y evitando la monotonía de muros ornados solamente en tonos monocromos.

Exteriormente, en su imponente fachada de esquina, una portada coronada con tímpano triangular es flanqueada con sobrios balcones de antepecho de fierro fundido y elegantes ventanas de reja, con repisas y conopeos.

Después del terremoto de 1970 que la dejó en estado de ruina, la histórica casa fue restaurada científicamente por el banco continental, su nuevo propietario, destinándola exclusivamente a acciones de difusión cultural. El 28 de diciembre de 1972 fue declarada Monumento Histórico Nacional. Desde 1980 el Banco Continental la puso al servicio de la cultura y en sus ambientes realizan mensualmente exposiciones de diversas temáticas, así como múltiples actividades artístico-culturales.

sábado, 2 de diciembre de 2006

CASA MARISCAL DE ORBEGOSO

La casa que perteneció al Gran Mariscal Luis José de Orbegoso y Moncada, Prócer de la independencia Nacional, Presidente de la Republica y del Estado Nor Peruano, es una de las mas antiguas y tradicionales que conserva la cuidad de
Trujillo, enclavada en el corazón de su centro histórico.

Ocupa parte de uno de los mas importantes solares fundamentales de la ciudad otorgado en 1534 a Pedro González, vecino fundador y primer Escribano Publico y de Cabildo. Poco después este vende la mitad de su solar, que hoy ocupan la casa del Mariscal y su plazuela, al conquistador Francisco de Fuentes y es posible que a su casa correspondan algunos de los restos evidenciados en las excavaciones arqueológicas como los del molino. En 1640 los Agustinos compraron parte de esta casa para habilitar la plazuela frente a su templo. Sobre el área restante el Capitán Diego Fernández Duran construyo a mediados del siglo XVII una casa que es base de la actual. En 1707 la casa paso a don Francisco de la Huerta, quien en 1723 la vende al Capitán Juan Orbegoso Isasi y Aranda, permaneciendo la propiedad desde entonces y por espacio de 264 años en la familia Orbegoso, hasta 1987, en que el Banco Internacional del Perú la adquiere de Luis Carlos González Orbegoso Ganoza.

El mariscal Orbegoso heredo la casa en 1815 de su padre, don Justo de Orbegoso, casado con doña Francisca de Moncada, Condesa de Olmos, y emprendió a partir de 1825 importantes obras en la propiedad, como la eliminación de una extensa galería de esquina, sustituyéndola en esta por un pequeño balcón de cajón y amplias ventanas de reja en las fachadas. Una nueva remodelación de la casa y especialmente de su fachada, al aspecto que hoy se aprecia, incluyendo un nuevo balcón de esquina, fue realizada hacia 1918 por don Eduardo González de Orbegoso.

Su planta conserva las características de las antiguas casa de la ciudad, con corredores amplios sobre terraplén y anchas escaleras desde el patio, emparentadas con la arquitectura rural, como anotó Aurelio Miró Quesada, destacando “la mezcla representativa entre la casona señorial y la casa de hacienda”. La “planta noble”, en forma de “L” acoge, hacia un lado del zaguán a los ambientes principales, como la sala, cuadra, cámaras y tras recámaras, que abren al corredor y al gran patio.

En el zaguán, ambiente característico de estas casas para el transito al exterior y que en este caso lleva magnifico artesonado del siglo XVIII, dos grandes bancas laterales del siglo XIX pescante de madera con farol y cancela abalustrada, se han descubierto en sus paredes y arco valiosas pinturas murales superpuestas, correspondientes a las varias remodelaciones de la casa, en sucesión estilística mudéjar, barroco, barroco mestizo, rococó y neoclásico.

La adquisición y restauración de la Casa del Gran Mariscal Don Luis Jose de Orbegoso y Moncada en Trujillo por parte del Banco Internacional del Perú INTERBANC, se efectuó a partir de 1987 por iniciativa del doctor Luis Alva Castro segundo vicepresidente de la republica; diputado por la libertad y, entonces, presidente del consejo de ministros y ministro de economía y finanzas, dentro del plan de desarrollo y recuperación de la ciudad denominado “la Hora de Trujillo”, por él impulsado.

Se adquirió siendo presidente del directorio de INTERBANC el Sr. Ing. Wilfredo Pflücker Azpilcueta (ya fallecido) se iniciaron las obras bajo la presidencia del Sr. Ing. Aarón Morales Flores y se concluyeron siendo Presidente de la Institución Sr. Dr. Mario Valcárcel Aragón y Gerente General el Sr. Dr. Alfredo Saldaña Núñez.

CASA DEL MAYORAZGO DE FACALÁ

Al iniciar sus actividades en la señorial y progresista ciudad de Trujillo, el Banco Scotiabank no ha escatimado esfuerzos para dotar a sus instalaciones de un marco apropiado, para lo que ha adquirido y culminado de restaurar la CASONA DEL MAYORAZGO DE FACALÁ o DE TINOCO solar y mansión que a su larga tradición histórica y notable valor arquitectónico y artístico, une el timbre de orgullo de haber cobijado la confección de la primera bandera nacional, que flameo cuando Trujillo, en gesta gloriosa, proclamo la independencia el 29 de diciembre de 1820
El Banco Scotiabank alberga en sus instalaciones exposiciones artísticas ayudando a promover la cultura en la ciudad de Trujillo.

RESEÑA HISTORICA Y ARQUITECTÓNICA

Esta casona y la del Mariscal Orbegoso son las únicas de Trujillo que conservan la característica de planta en “L” sobre gran terraplén, que como se sabe, responde a los tipos mas antiguos de vivienda, que se remontan por lo menos a comienzos del siglo XVII, Ocupa parte del solar que cuando la fundación de 1534 correspondió al famoso Melchor Verdugo, uno de los primeros vecinos.

Según varios documentos de la época, durante el XVII y primeros años del XVIII, el solar posterior era “eriazo” y sobre este edificó la casona poco después de 1709 el Maestre de Campo Bartolomé Tinoco Cabero, poseedor del mayorazgo que hacia 1600 había fundado pedro Tinoco tordoya sobre el ingenio azucarero de facala en el valle de chicaza, otras tierras de este valle y en Cajamarca, a mas de sus casas de morada y que fue conocido desde entonces con el nombre de facala.

La hermosa mansión fue de residencia y uso de todos que se sucedieron en el mayorazgo hasta la independencia. Luego vino a menos y en 1900 fue subdividido un sector donde se remodelaron o edificaron los altos que entonces colindaban con la casona de Herrera. Muy deteriorada, fue adquirida en 1950 por don Jaime Orbegoso, quien realizo una notable obra de reconstrucción llevándola a su aspecto actual y dando así inicio, como pionero a la revaloración de la viejas y abandonadas casonas trujillanas.

Gracias a un inventario de 1758 elaborado con motivo de dar posesión de la casona a Manuel Tinoco Roldan, se pueden conocer las características de la misma a poco de construida, las que se conservaron hasta el siglo pasado y, en cuanto a distribución de ambientes, prácticamente hasta la actualidad.

Como ya se ha dicho, se trata de una planta en “L” pero con una particularidad que seria indicio de la progresiva evolución de esta hacia la planta axial la sala principal ya no esta al lado del zaguán, como en la casa del mariscal, sino “frente a la puerta de la calle”, es decir al fondo del patio, pero la cuadra no va detrás sino siempre a un costado.

El documento precisa la secuencia de los ambientes: sala enladrillada que hace frente a la puerta de la calle, oratorio, cuarto de dormir, cuadra de estrado, sala de obispos y pieza de estudio. Es curiosa la denominación “sala de Obispos”, única que se conoce y quizá se refiere a una galería de retratos de estas dignidades.

Como se sabe la cuadra era lugar destinado a las mujeres, dentro del que se ubicaba el estrado, aquí mencionado específicamente y que era una tarima de madera o mampostería, cubierta de alfombra o tapete, sobre la que colocaban algunos muebles como mesitas, taburetes y almohadones, en los que se realizaban labores y recibían visitas. Se registra también “ el coro del oratorio pequeño, con una ventana y una puerta”. Finalmente “un manantial con su escalera de cal y canto, su pretil de lo mismo” y “un jardín”. El manantial o pozo apareció al limpiarse el traspatio y hoy luce restaurado.

Acerca del exterior poco se dice: un balcón grande con sus puertas, que sin duda se ubicaba en la esquina y varias ventanas a la calle en ambos frentes, una voladas y otras embebidas en la pared, en los dos casos con sus balaustreria torneada. No se menciona la portada, sino solamente la puerta principal con su postigo. En foto de principios de siglo todo esto había desaparecido, inclusive el balcón y las ventanas voladas fueron sustituidas por mamparas y pequeños balcones de antepecho.

La restauración llevada a cabo a partir de 1950 por don Jaime Orbegoso para su residencia, se oriento a devolverle a la casona su antiguo esplendor, mejorándola inclusive. Sobre la simple y reciente portada que existía, se levanto con una gran coronación, dentro del estilo neocolonial, que sin duda toma como modelo la casa Ganoza Chopitea y se colocaron un nuevo balcon de esquina, semejante al original y tres ventanas voladas con reja de fierro y gran repisa y conopeo, a mas de otras con los típicos balaustres torneados.

En el interior se hizo importante obra de restauración en los varios ambientes, especialmente de toda la carpintería de madera. Se sustituyeron los sencillos pies derechos de madera que se encontraron en los corredores del primer patio por bellas columnas con capiteles corintios y zapatas profusamente talladas, que se rescataron de uno de los claustros del desaparecido convento de San Agustín. Un anillo, en el tercio inferior del fuste, oculta el empalme que hubo de hacerse para que las columnas alcanzaran la gran altura del techo del corredor. En la antigua cuadra y parte de la sala de Obispos, se habilitó un entrepiso para crear dos niveles de dormitorios, el que ha sido retirado en la actual restauración, con la finalidad de devolver a estos dos importantes ambientes de la casa sus notables proporciones originales.

En 1991 el BANCO WIESE, deseando dotar de un óptimo local a sus instalaciones en Trujillo, adquiere la casona y culmina su restauración, adaptándola tanto para las funciones bancarias que le son propias, como para auspiciar diversas actividades culturales y de servicio a toda la colectividad trujillana, en lo que también continua una larga y honrosa tradición.

La casona del Mayorazgo de Facalá destaca en la historia de Trujillo por que a fines de 1820, en los prolegómenos de la independencia , doña Micaela Muños Cañete, esposa de don José Clemente Tinoco y Merino, Mayorazgo de Facalá, bordo en ella la primera bandera peruana, que en la noche del 28 de diciembre fue velada en uno de sus salones por jóvenes estudiantes del colegio Seminario de San Carlos y San Marcelo, bandera que fue izada al día siguiente, cuando Trujillo fue la primera ciudad del Perú en proclamar la independencia.

LA CASA URQUIAGA

La Histórica Casa Urquiaga se encuentra situada en la plaza mayor de la ciudad de Trujillo. El solar que ocupa fue concedido al conquistador y fundador de la ciudad don Rodrigo Lozano, primer Alcalde Ordinario de la ciudad, quien edifico ahí una de las primeras casas trujillanas que habito con su esposa e hijos. Sus herederos la vendieron a don Pedro de Olmos de Ayala.

En 1604, el Cabildo de Trujillo la eligió entre las dos casas mas hermosas y mejor situada de la ciudad para hospedar al nuevo virrey del Perú, don Gaspar de Zúñiga y Acevedo, Conde de Monterrey. A la muerte de Olmos de Ayala, en 1616, su casa pasó a ser propiedad del religiosos son Juan de Solo y San Martín.

El terremoto del 14 de febrero de 1619, que dejo en escombros la ciudad, destruyó totalmente la casa. La propiedad paso a manos de las monjas del monasterio de Santa Maria de Gracia de Santa Clara La Real en pago de las deudas que don Juan de Solís y San Martín había contraído con dicho monasterio; las religiosas la vendieron luego al alférez don Juan de Sahagún, Regidor Perpetuo del Cabildo Trujillano, quien edifico una nueva casa usando parte de los cimientos de la antigua. A la muerte del alférez, paso a ser propiedad de su sobrino, el Comisario General de la Caballería del Tercio y Batallón de Trujillo, don Jerónimo de Sahagún y Nuva. Posteriormente, la casa fue comprada por doña Francisco de Verde a Aranda, quien en 1757 la cedió al Convento de San Agustín y al Real Monasterio de Santa Clara. Estos la vendieron a doña Maria Petronila de Aramendi y Ferrer, cuyos descendientes, a su vez, la vendieron el 19 de agosto de 1802 al Ayudante Mayor de Infantería don Juan Antonio de Ochaita y Urquiaga, español casa con la dama trujillana doña Petronila de Urquiaga y Anachuri. Como testimonio de esta época, el Banco posee dos magníficos e históricos pendones; uno con las Armas Reales de Carlos III de España y otro con el escudo de Armas de Trujillo del Perú.

En marzo de 1824, el libertador Simón Bolívar llegó a Trujillo y trabó amistad con don Juan Antonio Ochaita y Urquiaga. Esta amistad, fruto del mutuo reconocimiento de sus ideales patrióticos, impulso a don Antonio a brindar al Libertador su casa en la Plaza Mayor, desde la cual Bolívar organizó gran parte de l campaña emancipadora y promulgó decretos declarando a Trujillo Capital de la Republica del Perú y creando la Corte Superior de Justicia, entre otros, El banco guarda un elegante escritorio del siglo XVII que fue usado por Bolívar. Al morir don Juan Antonio y posteriormente su esposa, la casa fue heredada por la hija de ambos doña Josefa de Ochaita y Urquiaga.

Doña Josefa decidió reedificar su casa; su hijo el doctor Bernardino Calonge y Ochaita asumió los gastos correspondientes. La reedificación, realizada por los Ochaita asumió los gastos correspondientes. La reedificación, realizada por los Ochaita y Urquiaga, se hizo a mediados del siglo XIX, dentro de la líneas del estilo neoclásico reinante en la época, respetando su antigua traza y conservándola de una sola planta, a excepción de las habitaciones fronterizas a la calle que tienen una segunda planta. Los elementos arquitectónicos mas características de esta reedificación son el austero portal de madera al estilo toscano, una ventana labrada en fierro de Vizcaya, los balcones construidos de fierro; los pórticos dóricos del primer y tercer patio que reemplazaron a las columnas azapatadas y las barandas de balaustres torneadas en algarrobo de los antiguos corredores; el pórtico jónico del segundo patio; las nuevas puertas de madera y ventanas de fierro correspondientes al nuevo estilo.

A la muerte de doña Josefa, mujer ejemplar inspiradora de una de las tradiciones trujillanas relatada por don Carlos Camino Calderón, la casa fue valorizada en 14650 soles de plata y adquirida por su hijo don Bernardino, quien compro las acciones de sus hermanos. Bernardino Calonge y Ochaita fue gerente del Banco de Trujillo, el primer banco que existió en la ciudad y que estuvo facultado para emitir billetes, estos fueron impresos en American Bank Note Company, con la firma del doctor Bernardino Calonge y Ochaita. El Banco Central de Reserva conserve algunos de ellos. A su fallecimiento en 1906 y al no haber tenido descendencia la casa pasó, según su deseo, a poder de su sobrino Alberto Urquiaga Calonge casado con doña Julia Ernestina Jacobs Dávila. Con ocasión de celebrarse en la ciudad de Trujillo el III Congreso Eucarístico Nacional, en octubre de 1943, doña julia Jacobs viuda de Urquiaga cedió su casa para hospedar a Monseñor Fernando Cento, Nuncio Apostólico de su Santidad Pío XII.

El 12 de Octubre de 1972 los señores Urquiaga Jacobs, herederos de don Alberto Urquiaga Calonge, formalizaron la venta de la histórica casa trujillana al Banco Central de Reserva del Perú, en la cual se encuentra su sucursal, la misma que se inauguro el 10 de marzo 1973, luego de haber hecho importantes restauraciones.

Edificada en el siglo XVI, en la época de la fundación de la ciudad de Trujillo (1534), esta residencia fue morada de personajes ilustres como el libertador Bolívar. A mediados del siglo XIX fue reedificada siguiendo las líneas del estilo neoclásico reinante en la época, estilo que conserva en la actualidad. La casa, que abarca un área de 2274m², se distribuye en tres patios : el primero vasto, empedrado y con galerías de columnas dóricas, a el se abren antesalas y salas; el segundo es un hermoso y relativamente pequeño espacio cuadrado, con galería de columnas jónicas alrededor de una fuente; y el tercero posee un pórtico de estilo dórico. Los salones, comedores, despensas, galerías, y dormitorios se encuentran enriquecidos por muebles y cuadros de la época, muchos de ellos donados por la familia Urquiaga.

La Casa Urquiaga fue declarada integrante del ambiente urbano histórico monumental de Trujillo por Resolución Suprema N° 2900-72-ED pasando a conformar el patrimonio Monumental de la Nación.